Mucho se ha escrito sobre las listas, soy fan de ellas, mi vida gira alrededor de una lista, sin embargo, creo que poco sobre las notitas, incluso las mentales que llegan a veces a sabotearnos.
Mientras escribo esto, tengo dos post its a la vista, pero dentro de mi agenda tengo 3 post it de los pequeños, que eran de la semana pasada, pero pasaron al primer lugar de esta semana. También tengo otras notas en el cuaderno del trabajo, y sin olvidar las nuevas notitas en el nuevo integrante de la familia: el calendario semanal y mensual que habita en el refrigerador (punto aparte: lo recomiendo).
Mis notitas tienen vida tanto por delante, como por detrás, incluso algunas hasta por los lados, donde entran a la perfección números telefónicos y si tengo a la mano un bolígrafo de punta delgada, seguro entran los 18 dígitos de una cuenta CLABE.
Disfruto tanto de romper cuatro veces esos papelitos, como cuando logro facturar algún consumo. Tengo hasta un ritual. Lo vuelvo a leer, lo tacho varias veces, lo rompo y a veces divido los papelitos en dos botes de basura.
Pero, no puedo hacer eso, con los que tengo en mi cabeza, aquellos que a veces me niego a escribir como: tienes que arreglar el clóset, tienes que limpiar el cajón de los medicamentos, tienes que tomar más agua, tienes que…tienes que…tienes que..
Plan con maña, ya que fueron escritos, procederé.
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